Recuerdo

El olvido, apoyado en una esquina de piedra gris y marchita, irá fumándose poco a poco los días que hoy revolotean y se consumen frente a tus ojos. Los recuerdos navegarán confundidos entre el color anaranjado de un largo día de verano, el tacto frío de la primera vez que tocaste la nieve y unas palabras que el tiempo modificó sin que te dieses cuenta. Todo descansará bajo una atmósfera mágica, cálida, como aquella que suele flotar en las viejas fotografías, en sus sonrisas ajenas.
Algún día volverás a esta primavera, pero ella nunca volverá a ti.


Siempre me ha llamado la curiosidad los caprichos de nuestros recuerdos, cómo unos deciden quedarse y otros, desaparecen, como si nunca los hubiésemos vivido.

Intentando aprovechar esta primavera, los días que están destinados a perderse entre mis dedos.

"Hoy es siempre todavía",

a dreamer.

Vidas

Piensa en un día cualquiera del año, escoge una línea de autobús al azar y coloca las manecillas de tu reloj en la posición exacta de las 19.27. Siéntate en el asiento que siempre queda vacío y observa.

Ahí están. El bebé más risueño que busca miradas en desconocidos. La anciana que siempre deseó ser abuela que lo contempla con una sonrisa en los labios. El chico que se siente seguro con su guitarra a la espalda y que se propuso a sí mismo el reto de conmover a tres personas con sólo dos acordes. La joven que mira a través del cristal empañado con un brillo especial en los ojos que crea un halo mágico, poético, que deslumbra a un aficionado a los retratos fotográficos, sentado a su lado. El pesimismo toma forma tras los gruesos cristales de las gafas del hombre que se siente un grano de arena mientras lee las necrológicas. El niño que siente que todas las calles que se apresuran tras la ventanilla son iguales y que el tiempo se queda estancado en el charco de barro que descansa bajo un semáforo en rojo. La persona que vuelve a ver la ciudad que hacía años no visitaba y a la que, cada farola, cada árbol y cada esquina le regalan viejos y dormidos olores, desilusiones y caricias. El joven cuyos ojos revoletean buscando un color cálido donde posarse para evitar el gris que colorean sus pasos perdidos.

Nos cruzamos con miles de vidas diferentes cada día que encarnan experiencias, contradicciones, sentimientos, sueños y caminos...Vidas que nunca volverás a ver, que nunca llegarás a conocer. Y nadie se sorprende.

Sentada en el asiento de la penúltima fila, en el lado de la ventanilla, observando, imaginando y creando,

a dreamer.

Nací con una pesimista idea. No me molestaba tenerla, simplemente era así. No le daba más vueltas. Sentía como si hubiera descubierto un secreto que todos se limitaban a ignorar para seguir viviendo en una bonita mentira que otros habían creado para ellos.
Hasta hace poco, creía que la felicidad no existía...pero me equivocaba.
Gracias a tu sonrisa, a tus miradas, a tus manos, a tus silencios, a tu interior, a tus sueños, a tus metas, a tu música, a tus palabras... a ti.


Now you are near and now you are here, don´t know what to do with me.

a dreamer.

Uno de mis deseos de la lista de cosas pendientes

Hay quienes sueñan con viajar al Caribe y disfrutar del atardecer con los pies hundidos en la arena... y yo tengo la ilusión de estar en una playa nevada.

Algún día...

a dreamer.

Tenía que subir esta foto, porque algún día estaré(mos).

Estas Navidades son extrañas. Creo que el problema (o no, según como lo miremos) es que Jerez sigue igual, exactamente igual...y yo no.

Feliz Navidad. Sólo aconsejaros que no os engulla su consumismo desmedido, su hipocresía y que no os pidáis juguetes que asesinen la imaginación.

En el tejado,

a dreamer.

Sólo unas palabras me han servido para hacerme volar hasta delante de la orilla (de mi playa, de nuestra playa) donde tantas veces hemos fantaseado con un futuro que siempre quisimos que llegase al siguiente minuto.
Dejando que las olas acaricien mis pies tímidamente, sintiendo la brisa que, lentamente, se adueña de mí, se enlaza entre pensamientos y recuerdos. El frío de diciembre es la forma de mantenerme con los pies en la arena, y con la cabeza en las estrellas; penetra en mis pulmones, y sube a mi garganta, transformándose en el grito que mi alma ha estado acallando tiempo atrás. Sé que no soy la única que lo ha sentido, que ha sido grito, frío y mar. Y eso me basta.

Improvisación que sólo 2 personas entenderán (aunque tampoco estoy muy segura jeje)


a dreamer.

Ni el monstruo que habita debajo de mi cama, ni las agujas... de pequeña lo que me daba miedo eran los actores y todo lo que se escondiera tras una máscara (porque pensaba que tras ella sólo había un vacío). Me daba pánico pensar que podían ser cualquier cosa, comportarse siguiendo un papel distinto al suyo, que no se distinguiera el personaje de la persona.

Y ahora...los admiro. Porque viven el momento previo al vacío. Porque construyen paredes que caen, invisibles. Porque son sólo una persona con miles de vidas deseando ser ciertas.

Porque, no sé cómo, esos que me aterraban, han acabado rodeándome, recitándome y haciendo que me sienta a su lado en un escenario de madera desgastada y telón rojo. Decirles que vivan cada vida, que sean, que sientan...el resto, nos contentaremos con ver esa historia que nunca podría bajar del escenario, mientras somos los actores de nuestra propia vida, tomando la dirección de una obra que improvisamos en un amplio escenario. Los demás, siempre podrán seguirnos, o, si lo prefieren, quedarse sentados en el patio de butacas, esperando pacientemente el final de una obra en la que desconocen quiénes son los verdaderos protagonistas.

Actores o espectadores. Elegísteis bien.

a dreamer.

Pd: ...Y a pesar de todo, a veces, siguen asustándome un poco.

Pd2: Publicado el 3 de diciembre de 2008.